La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Específicamente, inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones, conocidos como alvéolos, que pueden llenarse de líquido o pus. Esto dificulta la respiración y puede causar una serie de síntomas.
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Causas Comunes
La neumonía puede ser causada por una variedad de agentes infecciosos:
- Bacterias: La causa más común en adultos, siendo la Streptococcus pneumoniae (neumococo) la bacteria más frecuente. Otras bacterias incluyen Haemophilus influenzae y Staphylococcus aureus.
- Virus: Especialmente en niños, virus como el de la gripe (influenza), el virus sincitial respiratorio (VSR) y, más recientemente, el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19) pueden provocar neumonía.
- Hongos: Menos comunes y suelen afectar a personas con sistemas inmunitarios debilitados.
- Parásitos: Raros, pero pueden ocurrir en ciertos contextos.
Síntomas Principales
Los síntomas de la neumonía pueden variar desde leves hasta graves, dependiendo de la edad del paciente, la causa de la infección y la salud general. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Tos: A menudo con producción de esputo (moco), que puede ser verdoso, amarillento o incluso con sangre.
- Fiebre: Generalmente alta, acompañada de escalofríos.
- Dificultad para respirar (disnea): La respiración puede volverse rápida y superficial.
- Dolor en el pecho: Que empeora al respirar profundamente o toser.
- Fatiga y debilidad.
- Náuseas, vómitos o diarrea (especialmente en niños).
- Confusión o cambios en el estado mental (especialmente en personas mayores).
Diagnóstico
El diagnóstico de la neumonía suele implicar:
- Examen físico: El médico auscultará los pulmones para escuchar ruidos anormales.
- Radiografía de tórax: Es una herramienta clave para confirmar el diagnóstico y ver la extensión de la infección.
- Análisis de sangre: Pueden ayudar a identificar la presencia de una infección y la causa (bacteriana o viral).
- Cultivo de esputo: Si es posible, se analiza una muestra de moco para identificar el microorganismo causante.
Tratamiento
El tratamiento de la neumonía depende de su causa:
- Neumonía bacteriana: Se trata con antibióticos. Es crucial tomar el ciclo completo de antibióticos, incluso si los síntomas mejoran.
- Neumonía viral: Los antibióticos no son efectivos. El tratamiento es principalmente de apoyo, incluyendo reposo, ingesta de líquidos y, en algunos casos, medicamentos antivirales (por ejemplo, para la gripe).
- Neumonía fúngica: Se utilizan antifúngicos.
En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización para administrar oxígeno, líquidos intravenosos o antibióticos.
Prevención
Existen varias medidas para prevenir la neumonía:
- Vacunación: Las vacunas contra la gripe y el neumococo (neumonía bacteriana) son muy efectivas, especialmente para personas mayores, niños pequeños y aquellos con enfermedades crónicas.
- Higiene: Lavarse las manos regularmente, especialmente después de toser o estornudar.
- Evitar el tabaco: Fumar daña los pulmones y aumenta el riesgo de infecciones.
- Manejo de enfermedades crónicas: Controlar afecciones como la diabetes, el asma o la EPOC puede reducir el riesgo.
- Estilo de vida saludable: Una dieta equilibrada y ejercicio regular fortalecen el sistema inmunitario.
La neumonía puede ser una enfermedad grave, especialmente en grupos de riesgo. Si sospechas que tú o alguien cercano podría tener neumonía, es importante buscar atención médica de inmediato.

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