ZINC

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El zinc es un mineral esencial que desempeña un papel crucial en una vasta gama de procesos biológicos en el cuerpo. Como complemento nutricional, se utiliza para asegurar una ingesta adecuada y para tratar deficiencias, especialmente cuando la dieta no es suficiente o en situaciones de mayor necesidad.

Funciones clave del zinc en el cuerpo:

El zinc es un cofactor para más de 300 enzimas y participa en funciones como:

  • Función inmunológica: Es vital para el desarrollo y la función de las células inmunitarias, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y sanar heridas.
  • Crecimiento y desarrollo: Es esencial para el crecimiento y desarrollo normales en niños y adolescentes, y durante el embarazo.
  • Curación de heridas: Contribuye a la regeneración celular y la reparación de tejidos, lo que acelera la curación de heridas y quemaduras.
  • Sentido del gusto y el olfato: Es necesario para el funcionamiento adecuado de las papilas gustativas y los receptores olfativos. La deficiencia de zinc puede llevar a una pérdida o alteración de estos sentidos.
  • Síntesis de ADN y proteínas: Juega un papel fundamental en la replicación del ADN y la síntesis de proteínas, procesos esenciales para el crecimiento y la reparación celular.
  • Metabolismo de carbohidratos: Contribuye al metabolismo de los carbohidratos y al uso de la glucosa.
  • Función antioxidante: Forma parte de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa (SOD), que protegen las células del daño causado por los radicales libres.
  • Salud de la piel: Es importante para mantener una piel sana y se ha utilizado en el tratamiento de afecciones como el acné.
  • Salud reproductiva: Contribuye a la fertilidad y la función reproductiva tanto en hombres como en mujeres.

¿Cuándo se necesita un suplemento de zinc?

La deficiencia de zinc puede manifestarse de diversas maneras, y algunas poblaciones son más propensas a ella:

  • Dietas restrictivas: Vegetarianos y veganos, ya que el zinc de fuentes vegetales es menos biodisponible y el consumo de fitatos en cereales y legumbres puede inhibir su absorción.
  • Embarazo y lactancia: Las necesidades de zinc aumentan para apoyar el crecimiento del feto y la producción de leche.
  • Problemas gastrointestinales: Enfermedades como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, el síndrome del intestino irritable o la cirugía bariátrica pueden reducir la absorción de zinc.
  • Consumo excesivo de alcohol: El alcoholismo crónico puede dificultar la absorción y aumentar la excreción de zinc.
  • Ancianos: Pueden tener una ingesta dietética reducida y una absorción menos eficiente.
  • Personas con enfermedad renal o hepática crónica.
  • Personas con anemia falciforme.
  • Uso de ciertos medicamentos: Algunos diuréticos o inhibidores de la bomba de protones pueden aumentar la pérdida de zinc.
  • Deficiencia de zinc: Los síntomas de deficiencia pueden incluir retraso en el crecimiento, pérdida de apetito, disminución de la inmunidad (infecciones frecuentes), diarrea, pérdida de cabello, lesiones cutáneas, mala cicatrización de heridas, alteración del gusto y el olfato, y problemas de visión nocturna.

Formas de suplementos de zinc:

Los suplementos de zinc están disponibles en varias formas, con diferentes grados de absorción y tolerancia:

  • Gluconato de zinc: Una de las formas más comunes, a menudo utilizada en pastillas para la garganta.
  • Acetato de zinc: Similar al gluconato, también común en pastillas.
  • Sulfato de zinc: Una forma común y económica, pero puede causar más malestar estomacal.
  • Picolinato de zinc: Se considera una forma bien absorbida.
  • Citrato de zinc: También se considera una forma bien absorbida y suave para el estómago.
  • Monometionina de zinc: Una forma unida al aminoácido metionina, que se absorbe bien.
  • Óxido de zinc: Aunque es común, se absorbe mal y no se recomienda como suplemento oral para la deficiencia.

Beneficios de la suplementación con zinc (cuando hay deficiencia o necesidad aumentada):

  • Fortalecimiento del sistema inmunológico: Puede reducir la duración y la gravedad de los resfriados comunes, y es crucial para la prevención de infecciones.
  • Mejora de la cicatrización de heridas: Acelera la recuperación de lesiones y úlceras.
  • Mejora del sentido del gusto y el olfato: Puede restaurar estos sentidos si están afectados por la deficiencia de zinc.
  • Salud de la piel: Puede ser útil en el manejo del acné y otras afecciones cutáneas inflamatorias.
  • Apoyo al crecimiento y desarrollo en niños.
  • Prevención de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE): Algunos estudios sugieren que el zinc, junto con otros antioxidantes, puede ralentizar la progresión de la DMAE.

Efectos secundarios de los suplementos de zinc:

Si bien el zinc es esencial, el exceso puede ser perjudicial. Los efectos secundarios por un consumo excesivo o dosis altas incluyen:

  • Náuseas, vómitos, diarrea, calambres abdominales: Los efectos gastrointestinales son comunes con dosis altas.
  • Deficiencia de cobre: La ingesta crónica y excesiva de zinc puede interferir con la absorción de cobre, lo que puede llevar a una deficiencia de cobre y síntomas como anemia, neutropenia (baja cuenta de glóbulos blancos) y problemas neurológicos.
  • Disminución de la inmunidad a largo plazo: Curiosamente, aunque el zinc es bueno para la inmunidad, un exceso puede suprimirla.
  • Sabor metálico en la boca.
  • Dolores de cabeza.

Dosis y consideraciones importantes:

  • La dosis diaria recomendada (CDR) de zinc varía según la edad, el sexo y el estado fisiológico (por ejemplo, embarazo). Para adultos, suele estar entre 8-11 mg/día.
  • La dosis máxima tolerable para adultos es de 40 mg/día. Superar esta cantidad de forma regular puede aumentar el riesgo de efectos secundarios, especialmente la deficiencia de cobre.
  • Tomar con alimentos: Para minimizar el malestar estomacal, se recomienda tomar los suplementos de zinc con las comidas.
  • Interacciones medicamentosas:
  • Antibióticos: El zinc puede interferir con la absorción de algunos antibióticos (quinolonas y tetraciclinas). Se recomienda espaciar la toma al menos 2-6 horas.
  • Diuréticos tiazídicos: Pueden aumentar la excreción de zinc.
  • Penicilamina: Un fármaco utilizado para la artritis reumatoide, puede reducir los niveles de zinc.
  • Suplementos de hierro: Dosis muy altas de hierro pueden interferir con la absorción de zinc, y viceversa. Es preferible tomar ambos suplementos en momentos diferentes del día si se toman dosis elevadas.

Siempre es crucial consultar a un profesional de la salud antes de comenzar a tomar suplementos de zinc para determinar si son necesarios, cuál es la dosis adecuada y para evitar interacciones o efectos adversos. La mejor fuente de zinc es una dieta equilibrada y variada.


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